miércoles, 25 de julio de 2012

What you want


RYAN.- You don't remember me, do you? 
JENNIFER.- Should I? 
RYAN.- Nah... we were on a plane together once. 
JENNIFER.- Haha! OMG... Ryan? Are you "counting Ryan"? Of course I remember you! Once a month I remember you. I must have told that "period on a plane" like a million times 
RYAN.- Not me. 
JENNIFER.- Haha... You wanna go grab a coffee or something? 
RYAN.- What about your boyfriend? "the king" 
JENNIFER.- I don't have a boyfriend. I hate commitments. I figure, why limit yourself when there's a world of posibilities out there? 
RYAN.- Maybe all those possibilities distract you from what you want... That's why I don't watch cable. 
JENNIFER.- What? 
RYAN.- There's too many choices!


Some things are best left unsaid.



RED.- [narrating] I have no idea to this day what those two Italian ladies were singing about. Truth is, I don't want to know. Some things are best left unsaid. I'd like to think they were singing about something so beautiful, it can't be expressed in words, and makes your heart ache because of it. I tell you, those voices soared higher and farther than anybody in a gray place dares to dream. It was like some beautiful bird flapped into our drab little cage and made those walls dissolve away, and for the briefest of moments, every last man in Shawshank felt free.

martes, 24 de julio de 2012

"Abre las cortinas"

"Deja que entre un poco de luz"

Y de repente, se hizo de día.

It's been a while

Una conversa, un facebook app, y unos links compartidos removieron varias cosas durante esta semana. Tuve oportunidad de verme en perspectiva releyendo. Recordando cada cosa detrás me doy cuenta que ha pasado ya un buen tiempo desde aquel domingo en el que decidí abrir este espacio. Por esos días tenía apenas fresco el recuerdo de la última vez que pisé las lomas. Acababa de ver a Corgan. "Never let me down" sonaba una y otra vez en mi iPod, y llevaba unos pocos domingos (si apenas alguno) saliendo a correr a la cancha frente a la panadería. No me había reencontrado aún con aquel amigo becepino, ni tenía idea de lo que me esperaban esos veranos. Todavía conversaba por messenger. No recordaba los veranos primaverales. No había probado el sushi por primera vez. No había regresado a Cuzco ni sabía nada de los viajes que me esperarían. Tantas cosas han pasado desde ese domingo. Pero todas han sido para bien. Ahora tienen (y puedo darles) sentido.

Viéndome en perspectiva ahora entiendo mejor también. Empezando por el color de este espacio, entiendo el duelo. El nombre y la figura del laberinto que más adelante comprendería en un starbucks, viendo un logo en medio de una conversa barcelonesca. Entiendo la temática recurrente. Las vicisitudes también. No obstante, en medio del hotchpotch lo que más veo es la procesión contrastando con el carnaval. Veo la dualidad.

Es hora de homogeneizar un poco las cosas.

Y es hora de hacerlo de afuera hacia adentro.