domingo, 26 de junio de 2011

Mirar hacia adentro

¿Por qué a las personas nos gusta tanto ver películas? Varias razones, pero una en particular que siempre me gusta pensar es que cuando una película es realmente buena, el personaje principal es alguien con quien te puedes identificar de manera universal. El personaje principal es alguien con el que tú o cualquiera puede verse reflejado o sentirse en los mismos zapatos, haciendo que te pierdas en la película y te transformes en él. Durante unos pocos minutos el personaje principal eres tú despreocupándote del futuro desconectándote del pasado y sumergiéndote totalmente en el presente. No obstante hay una gran diferencia con la vida real. Lo que está haciendo la película es sumergirte en ella pero situándote afuera, en la audiencia, viéndote a ti mismo, observándote a ti mismo. Es un “yo mismo” que experimentas durante 90 minutos o dos horas viviendo cómo se forja el carácter, cómo crece y cómo madura progresivamente la vida del personaje principal alrededor de la trama. Por eso las buenas películas que ves te dejan la tenue noción o el mensaje a nivel inconsciente de que si hubieras hecho exactamente las mismas cosas que hizo el personaje, hubieras obtenido los mismos resultados. Pues bien, adivina qué. Algo tiene de cierto: La vida es como una película y tú es el personaje principal. Si aprendes como forjar el carácter para hacer crecer el tuyo, si aprendes a observarte así como observas y vives el personaje principal de una película, tú también puedes hacer de tu vida la mejor película con el mejor clímax que puedas imaginar alguna vez. Pero para eso tienes que dejar de arrepentirte del pasado, tienes que dejar de pre-ocuparte por el futuro, pero sobre todo tienes empezar a vivir el presente y aprender observarte: tienes que aprender a mirar hacia adentro.

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